Una novela que aúna dos de mis pasiones, ciencia ficción y prehistoria, no podía dejar de reseñarla para publicarla en el blog. Cierto es, que no es la única ni la primera. A mi memoria acuden títulos que van desde El mundo perdido (1912) de Arthur Conan Doyle, Tarzán en la prehistoria (1921) de Edgar Rice Burroughs, al best seller Neanderthal (1996) del periodista y novelista norteamericano John Darnton. Sin embargo, la novela que hoy nos ocupa, fue la que me dejó un poso enorme después de su lectura. Hijos del tiempo escrita por Isaac Asimov y Robert Silverberg en el año 1991 a partir de uno de los mejores relatos de Asimov: El niño feo (The Ugly Little Boy) escrito en 1958. El artífice de esta magnífica colaboración fue el editor Martin H. Greenberg, amigo de ambos, quien propuso novelizar los tres mejores relatos del ilustre Asimov: El niño feo, Anochecer, y El robot humano.
Un grupo de científicos comandados por el
doctor Hoskins, elaborarán un extraordinario proyecto que logrará transportar
materia del pasado al presente. El primer triunfo será con una cría de
dinosaurio, para posteriormente retroceder hasta cuarenta mil años, logrando
transportar a un niño neandertal que estaba a punto de ser sacrificado por sus
semejantes para tratar de conseguir el favor de la Diosa, ya que se encuentran
en plena disputa por el control de un santuario con un grupo rival. Rostro de
Fuego Celestial será transportado al presente, donde se le llamará Timmie y cuyo
bienestar estará a cargo de Edith Fellowes, una enfermera infantil que se
contratará para la ocasión.
En esta novela se entremezclan unos
personajes redondos y carismáticos, así como la narrativa voraz de Silverberg, con
la crítica social del maestro Asimov, poniendo ante nuestros ojos la falta de
humanidad de la sociedad y sus instituciones. Y es que cuando se conoce una
realidad de primera mano, los prejuicios terminan por caerse, por disolverse
como un azucarillo en una taza de café. Del mismo modo, la enfermera Fellowes acabará
tomando una decisión que será transcendental, no solamente para ella, sino
también para el resto de la humanidad.
Seas o no un amante de la ciencia ficción, y aunque la prehistoria no te interese mucho, Hijo del Tiempo es una novela de obligada lectura, pues habla de nosotros mismos, de nuestra sociedad moderna y de sus carencias, de la falta de empatía; pero también de lo que nos hace humanos.
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