Esta será una entrada algo atípica en el blog, y no tanto por el contenido, un compendio de cuentos, sino por el idioma, ya que está escrito en catalán. Aún así, no he querido dejar pasar la oportunidad de reseñar esta obra de Maria Peña Torrent.
Nacida en Arenys de Munt en 1974, esta Diplomada en Educación Social ha sido galardonada en multitud de certámenes de literatura, entre los que destacan los dos primeros premios en la Mostra Literaria del Maresme.
No resulta fácil plasmar en un texto corto tantos sentimientos y tantas emociones. Sin embargo, para la autora parece algo innato. El resultado es asombroso: te golpea dentro del pecho y diría que, después de leer esta recopilación, ya no serás la misma persona. Algo —aunque sea mínimo— habrá cambiado en ti. María Torrent escribe con una pluma ágil, lúcida y llena de talento, capaz de conmover profundamente, mientras perfuma sus cuentos con valores humanos. Sus narraciones hablan de guerra, de vida, de muerte, de esperanzas y anhelos; son historias que nos invitan al análisis, a pensar, y no todas nos dejarán con un buen sabor de boca, al contrario, nos van a mostrar una realidad que para nosotros es, en la mayoría de los casos, imposible de cambiar, de alterar, pero que, al menos, nos hará conscientes de ella. Sucede, por ejemplo, en el relato titulado En Walt ja no és en Walt, ya que solo saldremos del infierno, transitando por el purgatorio de la reflexión.
Ojalá Crida, tu que pots (Grita, tú que puedes) no tarde en ser traducido al castellano para que muchas más personas puedan disfrutarlo, porque estas cien páginas están repletas de sensaciones y de afectos, de deseos de paz y amor.
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